miércoles, 8 de abril de 2015

En esa ocasión yo aprendí de él trece lecciones profundas
que hay en la Torá, y de su hijo aprendí tres, una concerniente
a la profecía, una concerniente a los sueños y
una concerniente a la diferencia entre profecía y sueño. Dijo que
la profecía es del mundo masculino, mientras que los sueños son
del mundo femenino, y que de la una a los otros hay un descenso
de seis grados.


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