miércoles, 6 de mayo de 2015

¡No llores mi amada!
Ni derrames ninguna lágrima
en la mar en calma.
Alza tu mirada en esta noche
estrellada.
Pues hay una estrella que parpadea
que es mi corazón que late por ti.
¡Más no te entristezcas por mí !
Partí de esta vida y me uní en la eternidad,
y me llevé todo lo que se puede amar en
esta vida, tu amor hacia mí, todo lo que
siento hacia ti.
Pero no llores más, porque no he muerto,
vivo aquí en tu corazón y junto al firmamento.
Mi mano te toca y te susurro dulcemente en
el oído y te digo:
no te desesperes, pues naceré al amanecer y
vendré como la alondra a cantarte la matinada
junto a tu ventana.
Vete y alégrate, pues no me perdiste, me hallaste
ya que vencí y escapé del sueño eterno, ya que tu
amor fue la luz que me enseñó a traspasar el umbral
para estar junto hoy aquí junto a ti.
Poema realizado con la técnica de la imaginación activa.



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