Con la imaginación puedes transportare hasta el siglo XIV y ¿por qué no? aunque sea pura especulación y
fantasía meterte en la mente de uno de los eremitas que descubrieron este lugar tan idílico; l´ Ermita de la Santa Trinitat, que se encuentra en lo alto del Macizo del Garraf, en Sitges.

Andamos por el sendero alzando la vista 

hacia el cielo, cruzando agrestes parajes.

¿Qué nos lleva caminar por estos lugares?

El camino se eleva, asciende y trepamos;

cruzamos  los pinos, palmitos,  lentiscos y los

suaves carrizos que nos acarician  nuestra

piel.

¡Oh buenaventura!

¿Qué nos vaticinas cuando lleguemos a éstas

alturas?

Partimos de la costa suburense, con la arena y

el mar tocando los pies y el Sol de justicia  que

abrasaba nuestra piel.

Pues mirábamos esta montaña y un resplandor 

vimos en su cumbre, calzábamos nuestras

sandalias con mis hermanos cofrades y aquí

hemos pues; trepando, tocando el azul celeste

de este cielo festivo que nos recibe en el culmen

de la cúspide de nuestro andar.

Vemos la luz que brilla en esta cruz solitaria

en la cima con tu efigie que nos iluminabas

y hemos visto desde la riba de la costa.

¡Oh Santa Trinidad que vuestra Hipóstasis nos 

has guiado a estas vistas! Padre, Hijo y Espíritu 

Santo, ya que tu luz nos has guiado y nos hallamos

aquí con vos.

Es verdad que si algún lugar toca el cielo y el mar

es aquí, pues estamos arrebatados y extasiados. Ya

que nuestros corazones envueltos en fulgores y nuestros

sentidos fundidos ante estas vistas que nos brindas, 

hemos de residir aquí, y levantar nuestra ermita donde

jamás tu cruz esté solitaria. Que nos haga compañía

y que sosiegue la paz a los eremitas, anacoretas, más

también a los solitarios, estemos en comunión y en
ascesis con Vos.

¡Oh!  hermano no estás en carne, pero notamos tu 

espíritu que esta con nos,  y que practicamos

tu arte de la contemplación. Desde aquí seguro que

hubieras creado más obras, pues aquí te hubiera 

arrebatado tu alma y unido con L ´Amat.

Que nos recuerden en siglos  y visiten nuestra

ermita en paz. Que como nosotros encuentren

la quietud; la armonía, la calma, el reposo y la 

conciliación del alma, aquí donde se junta el Cel

i el Mar, Mar i Cel.