jueves, 26 de marzo de 2015

En la historia de la humanidad nunca ha habido tantos estímulos
sensoriales como los que hay ahora, nos llega hasta lo más profundo
de nuestra psique. Estamos totalmente absortos y confundidos.
Muchos estímulos discriminatorios, mucha información para
discriminar, nuestro yo no da para más. "el bombardeo" sensorial
que estamos sometidos día tras día nos hace olvidar lo esencial de
nuestro ser y el cometido hacia nuestro entrono.

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