martes, 10 de noviembre de 2015

Mi ventura fue mi desventura de aquel
atardecer, pues quise venir y no pude,
como hombre que robó mi destino fue 
mi hado cruel. 
Impedida  quede sola con mi alma en 
esta apartada orilla esperando atardeceres 
mejores escuchando tu melodía del alba hasta
el mediodía, soñando hasta el atardecer...
Mi cara quise mirar en tu espejo de sal cristal,
mis ojos atentos escudriñando en tus aguas cristalinas
mi futuro incierto.
Peces veo, cual de ellos es más cierto que el destino
que me humilló en la flor de la vida.
Tengo rabia por mi desdicha, sólo tu mar me puedes
calmar mi alma dolida que hago pagar a hombres sin par.
Mar tu sólo me puedes amar, ya  que tu resides y busco 
en ti  la mujer que me ame y no al hombre que me amargue.
Quiero cubrirme de tu amargor, entrar en tus aguas como
doncella y salir como una estrella para escapar de mi hado 
que quiso ponerme aquí a tu lado.
Poema creado con la técnica de la imaginación activa.



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