miércoles, 18 de febrero de 2015

Volabas alto con tus alas hacia tu Sol, henchida
por tu mismo amor, apegada con celo con tus mismas
palabras, pues tú te exaltabas y te izabas por tu gloría,
con toda tu euforia.
Pero un rayo cayó del cielo  y en dos partió tu  ego.
¡Tu persona superficial!
¿Qué fue de tu vanidad?
El abismo viste y de tu narcisismo te redimiste.
El ángel tocó la trompeta por ti ¡tu flor del
jardín de los narcisos!
Tú que tanto llamabas la atención, que una diosa
vino a arrancarte por vacilación y de tu cima fuiste
arrojada  hacia la sima.
Celosos son los dioses, más tu quisiste emularlos
y ellos te castigaron.
Sin más caíste del cielo y te cubriste de cieno por
tu propio miedo de perder tu juventud.
Sólo los dioses son eternos y tu rivalizaste con ellos,
tu triste mortal.
Bella y vera es la primavera pero nunca eterna, efímera
es la belleza dijiste, cuando la verdad por ti misma viste.
Dejaste tu cetro y saliste de tu centro y como dijo el
maestro cuando uno mira el abismo, este también mira
hacia dentro de ti.
Por eso la vida te sacudió, y tu velo cayo, pues caíste al fondo abisal.
Y en el hondo de tu desesperación, el ángel te asió y te susurró:
Vana fue tu vanidad, pues en tu superficialidad, la vida te hizo ver
 la realidad, nada es duradero y menos eterno.Vive conforme hoy
aprendiste, sólo el amor es duradero cuando lo das sin empeño.
Al oír esto de ti misma te despertaste nueva y flagrante, ya que
olvidaste la esencia que albergas en tu interior fue lo que te salvó.
Realizado con la técnica de la imaginación activa:
La vanidad masculina tiene figura de mujer.( el ánima)









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