lunes, 23 de febrero de 2015

Oigo tu voz viento, y noto tu aliento.
Cálido del levante haces caminar a
este errante caminante.
En las ramas de los árboles, y en las
calas al lado del mar, oigo tu
murmullo y me zambullo en el olvido
pues tu silbido endulza mi oído.
¡Llévame con tus alisios e iza la vela
de mi alma! para que cruce en u instante
el mar distante.
Yo te suplico Eolo, con tu palabra  veraz,
dame un viento de verdad como el que
diste a Odiseo, para que me oriente y
navegue dentro de mi imaginación, y que
encuentre  yo ese continente de Platón.
Tu viento me inspiras, y me das alas a mi
ingenio¡Dame pues tu premio! el de haber
contemplado en un instante todo este arte,
el de fundirme en tu brisa y haber volado,
tu mi viento bienaventurado.
Realizado con la técnica de la imaginación activa.


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